Salud

Medicamentos esenciales escasean en hospitales públicos en plena emergencia sanitaria

Publicado por:
Daniela Sanunga
Publicado en:
December 17, 2025
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Crisis en el abastecimiento de medicamentos esenciales en hospitales públicos

La falta de medicamentos esenciales en los hospitales públicos se ha convertido en uno de los problemas más graves del sistema de salud. En medio de una declaratoria de emergencia sanitaria, apenas el 33 % de los procesos de compra de medicamentos e insumos han logrado concretarse, lo que ha profundizado la escasez y debilitado la capacidad de atención en centros hospitalarios de todo el país. Esta situación no solo expone fallas administrativas, sino que también tiene un impacto directo y doloroso en miles de pacientes que dependen del sistema público para continuar sus tratamientos. 

Un sistema de compras que no responde a la emergencia

De acuerdo con información disponible sobre los procesos de adquisición del Ministerio de Salud Pública, una gran cantidad de compras han sido declaradas desiertas. Esto ocurre porque no se presentaron ofertas o porque las propuestas llegaron fuera de los plazos establecidos. El resultado es un sistema que, pese a estar bajo emergencia, no logra reaccionar con la rapidez y eficiencia necesarias para garantizar el abastecimiento de medicamentos básicos. 

El bajo porcentaje de adjudicaciones refleja una incapacidad operativa que se arrastra desde hace años, pero que hoy se vuelve más crítica. Hospitales y centros de salud se ven obligados a funcionar con inventarios mínimos, priorizando casos urgentes y dejando en espera a otros pacientes. 

El impacto económico en los pacientes y sus familias

La consecuencia más inmediata de esta crisis la viven los pacientes. Ante la falta de medicamentos en hospitales públicos, muchos se ven obligados a comprarlos en farmacias privadas, asumiendo costos que, en muchos casos, superan sus posibilidades económicas. Esta realidad golpea con mayor fuerza a personas de bajos recursos, adultos mayores y pacientes con enfermedades crónicas. 

El gasto que los pacientes deben asumir es significativamente alto si se lo compara con otros países de la región, donde el acceso a medicamentos esenciales está más garantizado por el sistema público. En Ecuador, la escasez obliga a las familias a endeudarse o a interrumpir tratamientos, poniendo en riesgo la salud y, en algunos casos, la vida. 

Medicamentos esenciales que no están disponibles

Uno de los aspectos más alarmantes es que los procesos de compra fallidos incluyen medicamentos considerados básicos para la atención hospitalaria. Entre ellos está la lidocaína líquida, ampliamente utilizada para controlar el dolor durante procedimientos quirúrgicos y médicos. Su ausencia limita la realización de intervenciones y afecta directamente la calidad de la atención. 

También figura la dexametasona oral de 4 mg, un medicamento clave para tratar procesos inflamatorios y diversas patologías. A esto se suma la falta de ampicilina sólida parenteral, fundamental para combatir infecciones bacterianas, y la morfina líquida parenteral, indispensable en el tratamiento del dolor crónico y en cuidados paliativos. 

La ausencia de estos fármacos no es un problema menor, ya que forman parte del cuadro básico de medicamentos que todo hospital debería tener disponible de forma permanente. 

Insumos médicos: una escasez que agrava la crisis

La problemática no se limita a los medicamentos. La adquisición de insumos médicos también enfrenta serias dificultades. Según la Asociación Ecuatoriana de Distribuidores e Importadores de Productos Médicos, el Ministerio de Salud y el IESS requerían alrededor de 10.000 dispositivos médicos para cubrir las necesidades del sistema. Sin embargo, dentro del marco de la emergencia sanitaria, apenas se ha logrado adquirir el 10 % de estos insumos. 

Esta falta de dispositivos médicos afecta procedimientos quirúrgicos, diagnósticos y tratamientos diarios. Desde jeringuillas hasta equipos especializados, la carencia obliga a los hospitales a racionar recursos o, en el peor de los casos, suspender servicios. 

Silencio institucional frente a una crisis evidente

A pesar de la gravedad de la situación, las autoridades no han ofrecido respuestas claras. Ni la vicepresidenta María José Pinto ni el presidente del IESS se han pronunciado públicamente sobre los problemas derivados de la emergencia sanitaria. Este silencio institucional genera preocupación y desconfianza en la ciudadanía. 

La Vicepresidenta había anunciado un análisis profundo de la situación en hospitales y centros de salud, pero hasta ahora no se ha presentado ningún informe oficial. Mientras tanto, médicos, pacientes y familiares continúan enfrentando las consecuencias de un sistema que no logra abastecerse adecuadamente. 

Riesgos para la atención médica y el personal de salud

La falta de medicamentos e insumos no solo afecta a los pacientes, sino también al personal de salud. Médicos y enfermeras deben tomar decisiones difíciles, priorizando a unos pacientes sobre otros y trabajando bajo presión constante. Esta situación incrementa el riesgo de errores médicos, desgaste profesional y conflictos con los usuarios del sistema. 

Además, la escasez limita la capacidad de respuesta ante emergencias, cirugías programadas y tratamientos continuos, debilitando aún más la confianza en el sistema público de salud. 

Conclusión

La escasez de medicamentos esenciales en los hospitales públicos evidencia una crisis estructural que va más allá de la emergencia sanitaria. La baja ejecución de los procesos de compra, la falta de insumos médicos y el silencio de las autoridades configuran un escenario preocupante para el presente y el futuro del sistema de salud. Sin acciones urgentes y transparentes, los pacientes seguirán asumiendo costos que no les corresponden y el derecho a la salud continuará viéndose vulnerado. 

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