Quito, 10 de octubre del 2025.
💞 “Hábitos que salvan vidas: cómo prevenir el cáncer de mama desde casa”
El cáncer de mama continúa siendo uno de los principales desafíos de salud pública en el mundo. Sin embargo, numerosos estudios médicos coinciden en que la adopción de hábitos de vida saludables puede reducir considerablemente el riesgo de desarrollar esta enfermedad, considerada la más frecuente entre las mujeres.
De acuerdo con organismos internacionales de salud, cerca de un tercio de los casos de cáncer de mama podrían evitarse mediante una combinación de alimentación equilibrada, ejercicio regular y eliminación de factores de riesgo como el alcohol y el tabaco.
Una dieta rica en frutas, verduras, legumbres y cereales integrales favorece el buen funcionamiento celular y ayuda a mantener un equilibrio hormonal adecuado. Los especialistas recomiendan, además, incorporar alimentos con ácidos grasos omega-3, presentes en el pescado, la linaza y las nueces, por sus propiedades antiinflamatorias.
El ejercicio físico regular también desempeña un papel clave. Actividades como caminar, nadar o montar bicicleta durante al menos 30 minutos diarios fortalecen el sistema inmunológico, controlan el peso y reducen la producción excesiva de estrógenos, una de las hormonas vinculadas al desarrollo de tumores mamarios.
Controlar el peso corporal resulta esencial, ya que el sobrepeso y la obesidad, especialmente después de la menopausia, se asocian a un mayor riesgo de padecer cáncer de mama. Los expertos aconsejan asimismo limitar el consumo de alcohol, no fumar y evitar la exposición prolongada a radiaciones o sustancias químicas tóxicas.
La prevención también implica una atención médica constante. Realizar exámenes clínicos y mamografías con la frecuencia recomendada por los profesionales de salud es fundamental para una detección temprana, lo que aumenta notablemente las posibilidades de tratamiento exitoso.
El mensaje de los especialistas es claro: la prevención comienza con la conciencia y las decisiones diarias. Adoptar hábitos saludables no solo contribuye a reducir el riesgo de cáncer de mama, sino que mejora la calidad de vida y promueve un bienestar integral.