En Ecuador, un término se ha vuelto cada vez más común en el debate público: GDO. El sacerdote César Piechestein lo mencionó recientemente en un contexto de alerta social, generando la reacción del expresidente Rafael Correa, quien respondió al comentario en medio de la preocupación por la escalada de violencia que enfrenta el país.
Pero, ¿qué significa realmente este término y por qué está en el centro de la conversación nacional?
¿Qué significa GDO?
GDO significa Grupos de Delincuencia Organizada. Se refiere a organizaciones criminales estructuradas que operan en diversos delitos como tráfico de drogas, asesinatos, secuestros y extorsiones. Estas estructuras delictivas no actúan de manera aislada, sino que tienen jerarquías, logística, financiamiento y redes que les permiten expandir su accionar de forma violenta y sistemática.
En los últimos cinco meses, Ecuador ha registrado 1.585 crímenes violentos, de acuerdo con datos del Ministerio del Interior. Además, se reporta la detención de 960 personas vinculadas con extorsiones y 434 relacionadas con secuestros, cifras que muestran la magnitud del problema que representan los GDO para la seguridad ciudadana.
Del comentario de Piechestein a la respuesta de Correa
El sacerdote César Piechestein, conocido por sus reflexiones en redes sociales sobre temas de actualidad, mencionó los GDO en un comentario donde lamentaba cómo estos grupos controlan territorios, extorsionan a ciudadanos y asesinan sin contemplaciones. La reflexión generó la reacción de Rafael Correa, expresidente del país, quien respondió al comentario, enmarcando la situación en la falta de control estatal y las complejidades del actual contexto de violencia.
La interacción entre ambos evidenció que los GDO no son únicamente un tema policial, sino también político y social, que despierta opiniones encontradas sobre las responsabilidades del pasado y las acciones necesarias en el presente para frenar la criminalidad.
¿Por qué es relevante entender qué son los GDO?
Con el aumento de extorsiones, secuestros y homicidios, la presencia de GDO en Ecuador está transformando la vida cotidiana de los ciudadanos. Negocios que pagan “vacunas” para poder operar, barrios bajo amenazas, transportistas extorsionados y ciudadanos que deben extremar precauciones para evitar ser víctimas de asaltos violentos reflejan la creciente influencia de estos grupos.
Comprender qué son y cómo operan es esencial para exigir políticas públicas que realmente ataquen las estructuras de poder de estos grupos, no solo sus brazos operativos. Además, visibilizar su accionar permite a la ciudadanía extremar medidas de prevención mientras las instituciones de seguridad del Estado actúan.
Conclusión
Los GDO se han convertido en una de las principales amenazas para la seguridad en Ecuador, dejando atrás la percepción de que la delincuencia organizada era un problema lejano. Los comentarios de figuras públicas como César Piechestein y las reacciones de líderes políticos como Rafael Correa subrayan la urgencia de enfrentar este fenómeno de manera integral, con políticas firmes y coordinadas, para evitar que la violencia siga cobrando víctimas y destruyendo la tranquilidad de las comunidades.