Una nueva masacre sacude a Portoviejo y vuelve a poner en evidencia la grave crisis de seguridad que atraviesa la provincia de Manabí. Siete personas fueron asesinadas en el interior de una vivienda del centro de la ciudad por sujetos que se hicieron pasar por agentes policiales, un modus operandi que incrementa la alarma social y demuestra el nivel de sofisticación y brutalidad de las organizaciones criminales que operan en la zona.
Un ataque planificado en el corazón de Portoviejo
El hecho violento ocurrió pasadas las 23:30 del martes 16 de diciembre de 2025, en una vivienda ubicada en las calles Sucre y Espejo, en el casco céntrico de Portoviejo. Según el reporte oficial, las víctimas se encontraban reunidas en la parte alta del inmueble, específicamente en una terraza, cuando fueron sorprendidas por los atacantes.
Inicialmente, las autoridades confirmaron seis personas fallecidas y una gravemente herida. Sin embargo, la mañana del miércoles 17 de diciembre se confirmó que esta última víctima también murió, elevando a siete el número total de fallecidos. El crimen generó conmoción entre los vecinos de la zona, quienes alertaron a la Policía tras escuchar detonaciones de armas de fuego.
Sujetos vestidos como policías engañaron a las víctimas
De acuerdo con información preliminar proporcionada por la Policía Nacional, los atacantes llegaron al lugar vestidos con ropa similar a la que utiliza el personal policial, especialmente chompas asociadas al eje investigativo. Bajo el pretexto de realizar un supuesto operativo, lograron ingresar a la vivienda sin levantar sospechas.
El comandante de la Policía en la subzona Manabí, Wladimir Acurio, explicó que las víctimas fueron sometidas antes de ser asesinadas. “Hay huellas de tortura, estaban maniatados y presentan disparos en la cabeza”, señaló la autoridad. Este detalle refuerza la hipótesis de que se trató de una ejecución planificada y no de un hecho fortuito.
Víctimas aún sin identificar y una casa alquilada recientemente
Las siete personas asesinadas —tres mujeres y cuatro hombres— aún no han sido identificadas oficialmente. Según las primeras indagaciones, el grupo había alquilado la vivienda apenas tres días antes de la masacre, lo que dificulta el trabajo de los investigadores y abre varias líneas de investigación sobre el motivo de su presencia en el lugar.
Las unidades especializadas de la Policía Nacional acudieron a la escena para levantar indicios balísticos, recoger testimonios y analizar las circunstancias que rodearon el crimen. Además, se investiga la camioneta en la que se habrían movilizado los atacantes, así como la posible vinculación del caso con estructuras criminales que operan en Manabí.
Manabí, una provincia marcada por la violencia criminal
Este hecho constituye el asesinato múltiple número 21 registrado en Manabí en lo que va de 2025, una cifra que refleja la magnitud de la violencia en la provincia. Portoviejo se posiciona como el segundo distrito más violento del territorio manabita, solo superado por el distrito Manta-Jaramijó-Montecristi.
Las estadísticas son alarmantes. Hasta el 20 de noviembre de 2025, en el distrito Manta-Jaramijó-Montecristi se contabilizaron 464 muertes violentas. Esta cifra supera ampliamente las registradas en años anteriores: 412 asesinatos en 2024 y 389 en 2023, lo que evidencia una escalada sostenida de la criminalidad.
Disputa entre grupos criminales y nuevos actores delictivos
La violencia en Manabí está estrechamente relacionada con la disputa territorial entre bandas criminales que buscan controlar rutas del narcotráfico, extorsiones y otras economías ilícitas. Entre los grupos identificados por las autoridades se encuentran Los Choneros, Los Lobos, Los R y, más recientemente, el grupo conocido como G-200.
La fragmentación de estas organizaciones y la aparición de nuevas estructuras criminales han incrementado los enfrentamientos y las ejecuciones selectivas. El uso de uniformes similares a los de la Policía para cometer crímenes también representa un desafío adicional para las fuerzas del orden, ya que mina la confianza ciudadana y facilita la comisión de delitos.
Impacto social y desafíos para la seguridad del Estado
La masacre ocurrida en Portoviejo no solo deja siete víctimas mortales, sino también una profunda sensación de inseguridad entre la población. La ciudadanía exige respuestas inmediatas, investigaciones transparentes y resultados concretos que permitan frenar la ola de violencia que golpea a Manabí y a otras provincias del país.
Las autoridades enfrentan el reto de desarticular las estructuras criminales, reforzar los controles y evitar que los delincuentes continúen suplantando a las fuerzas del orden. Casos como este evidencian la urgencia de fortalecer la inteligencia policial y la coordinación entre instituciones del Estado.
Conclusión
La masacre de siete personas en Portoviejo confirma que la violencia criminal en Manabí ha alcanzado niveles críticos. El uso de disfraces policiales, la planificación del ataque y la brutalidad con la que se ejecutó el crimen reflejan el poder y la impunidad con la que operan las organizaciones delictivas. Mientras las cifras de muertes violentas siguen en aumento, el Estado enfrenta la presión de recuperar el control territorial y devolver la seguridad a una población golpeada por el miedo y la incertidumbre.
