El Ecuador se encuentra nuevamente en el centro de la agenda internacional tras las declaraciones de Marco Rubio, secretario de Estado de los Estados Unidos, quien aseguró que ambos países están “muy cercanos a lograr un acuerdo comercial”. Esta afirmación se dio durante su visita oficial a Quito el pasado 4 de septiembre, donde se reunió con autoridades nacionales y representantes del sector privado.
Un tratado de libre comercio (TLC) con Estados Unidos representa un punto de inflexión para la economía ecuatoriana, especialmente en un contexto de reactivación tras varios años de inestabilidad política y crisis económica. Los sectores más beneficiados serían el agrícola, pesquero, textil y tecnológico, que actualmente enfrentan limitaciones arancelarias al momento de exportar hacia el mercado norteamericano.
El presidente de la República calificó este posible acuerdo como “un paso histórico que podría abrir oportunidades sin precedentes para los emprendedores ecuatorianos”. No obstante, el tema genera debate en sectores sociales y sindicales que temen que el ingreso masivo de productos estadounidenses afecte la producción local.
La Cancillería informó que en las próximas semanas se harán públicos los detalles de las negociaciones, las cuales incluyen cláusulas de cooperación en temas de seguridad, medioambiente y derechos laborales. El Ministerio de Producción ha convocado a gremios empresariales para que presenten sus propuestas y observaciones.
Este TLC, de concretarse, se convertiría en uno de los principales logros diplomáticos de la última década para Ecuador. Expertos en economía internacional advierten que la clave estará en negociar de manera equilibrada para proteger la industria nacional mientras se fomenta el acceso a un mercado de más de 330 millones de consumidores.
