La reconocida caricaturista, muralista y arquitecta ecuatoriana Vilma Vargas, conocida como Vilmatraca, denunció que la Casa de la Cultura Núcleo del Azuay canceló sin explicación su exposición “El jardín de las malicias”, una muestra con fuerte contenido de crítica política y social que llevaba meses siendo preparada con el apoyo inicial del actual director Martín Sánchez.
Esta cancelación revive un capítulo oscuro para la artista, quien ya sufrió censura en 2016 cuando su muestra “Huarmicaricaturas por la libertad” fue alterada y censurada durante la presidencia de Iván Petroff en la misma institución, bajo el gobierno de Rafael Correa. La artista considera que la suspensión de esta nueva muestra representa una grave vulneración al derecho a la libertad de expresión y un claro signo de miedo institucional frente a la crítica hacia un gobierno que califica de autoritario.
A pesar del esfuerzo y la colaboración con artesanos riobambeños y el equipo curatorial, y la riqueza simbólica inspirada en El Bosco para satirizar las dinámicas del poder político, la exhibición fue cancelada a pocos días de su apertura. Martín Sánchez justificó la decisión por “factores relacionados con la coyuntura social, política, técnica y de seguridad” y el contexto de transición institucional, dejando la puerta abierta a una posible reanudación tras las próximas elecciones del directorio.
La respuesta del sector cultural no se hizo esperar. Organizaciones como Más Cultura manifestaron su preocupación y apoyo irrestricto a Vilmatraca, exigiendo una Casa de la Cultura autónoma y libre de presiones políticas. Para ellos, la censura en espacios culturales es una señal alarmante que pone en riesgo la memoria, la creatividad y la resistencia social en Ecuador.
Vilmatraca, lejos de rendirse, afirmó con contundencia: “La buena noticia es que jamás lograrán callarme”. Su compromiso con la denuncia crítica y la libertad artística permanece intacto, a pesar de los obstáculos y las censuras recurrentes que enfrenta.
Conclusión
La suspensión de la muestra “El jardín de las malicias” no solo afecta la obra y la voz de Vilmatraca, sino que evidencia una preocupante tendencia de censura política en espacios culturales públicos. En un país que necesita más que nunca la crítica abierta para fortalecer la democracia, estas acciones deben ser rechazadas y denunciadas. La cultura y el arte crítico son pilares indispensables para la construcción de una sociedad libre y plural, y ninguna institución debería ser cómplice de silenciarla.